martes, 26 de agosto de 2014

Aquí Alejandra. (Poema de Julio Cortàzar a Alejandra Pizarnik)



Bicho aquí,
aquí contra esto,
pegada a las palabras
pegadate reclamo.

Ya es la noche, vení,
no hay nadie en casa
salvo que ya están todas
como vos, como ves,
intercesoras,
llueve en la rue de l'Eperon
y Janis Joplin.
Alejandra, mi bicho,
vení a estas líneas, a este papel de arroz
dale abad a la zorra,
a este fieltro que juega con tu pelo
(Amabas, esas cosas nimias
aboli bibelot d'inanité sonore
Venga, las gomas y los sobres
Venga, una papelería de juguete
Venga, el estuche de lápices
Venga, los cuadernos rayados)
Vení, quedate.
tomá este trago, llueve,
te mojarás en la rue Dauphine,
no hay nadie en los cafés repletos,
no te miento, no hay nadie.
Ya sé, es difícil,
es tan difícil encontrarse
es tanteste vaso es difícil,
es tanteste fósforo,
y no te gusta verme en lo que es mío,
en mi ropa en mis libros
y no te gusta esta predilección
por Gerry Mulligan,
quisieras insultarme sin que duela
decir cómo estás vivo, cómo
se puede estar cuando no hay nada
más que la niebla de los cigarrillos,
como vivís, de qué manera
abrís los ojos cada día
abris loNo puede ser, decís, no puede ser.
Bicho, de acuerdo,
vaya si sé pero es así, Alejandra,
acurrucate aquí, bebé conmigo,
mirá, las he llamado,
vendrán seguro las intercesoras,
el party para vos, la fiesta entera,
el partyErszebet,
el partyKaren Blixen
ya van cayendo, saben
que es nuestra noche, con el pelo mojado
suben los cuatro pisos, y las viejas
de los departamentos las espían
burbujLeonora Carrington, mirala,
burbujUnica Zorn con un murciélago
burbujClarice Lispector, agua viva,
burbujas deslizándose desnudas
frotándose a la luz, Remedios Varo
con un reloj de arena donde se agita un láser
y la chica uruguaya que fue buena con vos
sin que jamás supieras
su verdadero nombre,
qué rejunta, qué húmedo ajedrez,
qué maison close de telarañas, de Thelonius
que largaonhermosa puede ser la noche
con vos y Joni Mitchell
con vos y Hélène Martin
con vo,con las intercesoras
animulaon las iel tabaco
vagulaon las iaAnaïs Nin
blandulaon las vodka tónic
No te vayas, ausente, no te vayas,
jugaremos, verás, ya están llegando
con Ezra Pound y marihuana
con los sobres de sopa y un pescado
que sobrenadará olvidado, eso es seguro,
en un palangana con esponjas
entre supositorios y jamás contestados
etelegramas.
Olga es un árbol de humo, cómo fuma
esa morocha herida de petreles,
¿Ves by Natalia Ginzburg, que desteje
¿Ves bel ramo de gladiolos que no trajo.
¿Ves bicho? Así. Tan bien y ya. El scotch,
Max Roach, Silvina Ocampo,
alguien en la cocina hace café
alguiensu culebra contando
alguenidos terronesontun beso
algueinLéo Ferré
No pienses más en las ventanas
el detráses masel afuera
Llueve en Rangoon--
Llueve en Rangoon--Y qué.
Aquí los juegos. El murmullo
Aqui lo(Consonantes de pájaro
Aqui lovocales de heliotropo)
Aquí, bichito. Quieta. No hay ventanas ni afuera
y no llueve en Rangoon.
Aquí los juegos.




 'Modelo para armar' by Dani Olvar"

jueves, 7 de agosto de 2014

Epigrama con Muro (Mario Benedetti)


Entre tú y yo/mengana mía/ se levantaba
un muro de Berlín hecho de horas desiertas
añoranzas fugaces

tú no podías verme porque montaban guardia
los rencores ajenos
yo no podía verte porque me encandilaba
el sol de tus augurios

y no obstante solía preguntarme
cómo serías en tu espera
si abrirías por ejemplo los brazos
para abrazar mi ausencia

pero el muro cayó
se fue cayendo
nadie supo que hacer con los malentendidos
hubo quien los juntó como reliquias

y de pronto una tarde
te vi emerger por un hueco de niebla
y pasar a mi lado sin llamarme

ni tocarme ni verme
y correr al encuentro de otro rostro
rebosante de calma cotidiana otro rostro que tal vez ignoraba
que entre tú y yo existía
había existido
un muro de Berlín que al separarnos
desesperadamente nos juntaba
ese muro que ahora es sólo escombros
más escombros y olvido.



lunes, 4 de agosto de 2014

Espero Curarme de Ti. (Jaime Sabines)




He venido (dijo el cuervo) para hacerte sufrir un poco más.
Y lo haré de la manera más lícita que hay de causar dolor:
contándote la verdad.


Trece Tristes Trances.
Albert Sánchez Piñol.

    Espero curarme de ti en unos días.
    Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible.
    Siguiendo las prescripciones de la moral en turno.
    Me receto tiempo, abstinencia, soledad. 


    ¿Te parece bien que te quiera nada más una semana?
    No es mucho, ni es poco, es bastante.
    En una semana se puede reunir todas las palabras de amor

    que se han pronunciado sobre la tierra y 
    se les puede prender fuego.

    Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado.
    Y también el silencio. Porque las mejores palabras de amor

    están entre dos gentes que no se dicen nada.
    Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral
    y subversivo del que ama. 

    (Tú sabes cómo te digo que te quiero
    cuando digo: "qué calor hace", "dame agua",
    "¿Sabes manejar?", "se hizo de noche".

    Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías,
    te he dicho "ya es tarde", y tú sabías que decía "te quiero").

    Una semana más para reunir todo el amor del tiempo.
    Para dártelo. Para que hagas con él lo que quieras:
    Guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura.
    No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana

    para entender las cosas. Porque esto es muy parecido 
    a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.





sábado, 2 de agosto de 2014

Historias de cronopios y de famas

No partas ahora soñando el regreso
que el amor es simple
y a la cosas simples las devora el tiempo.

Uno vuelve siempre 
a los viejos sitios
donde amó la vida.

Mercdes Sosa


¿Qué hace un cronopio cuando se enamora?

Pierde la cabeza, eso es lo primero y prácticamente lo único que hace. Se olvida de cambiar el reloj alcaucil, y ni siquiera recuerda cómo funciona. Definitivamente deja de dibujar en las pizarras de las tortugas, y comienza a dibujar en todas partes. ¿Qué hace un cronopio cuando se enamora? Pierde la cabeza, eso y se dedica a cortar margaritas.

Cuando a un cronopio le rompen el corazón, llora un poco, y luego un poco más. Se sabe desdichado y húmedo. Pero mientras llora, piensa en que a todos alguna vez les rompen el corazón. En que enamorarse significa también llorar un poco. Y que a diferencia de los famas, el cronopio llora cuando tiene ganas, y como tiene ganas, llora un poco más.



¿Qué hace una fama cuando se enamora?

Lo anota minuciosamente en una libreta. Lo anota minuciosamente sin olvidar escribir la fecha y la hora en que se enamoro. Lo anota minuciosamente.

Compra rosas. Seis. Siempre seis. Y las regala.

Un fama jamás se enamora de un cronopio. Los famas solo se enamoran de famas.

Cuando a un fama le rompen el corazón, decide que el amor es cosa de cronopios. Corta minuciosamente la hoja de su libreta en la que había escrito “me enamore” y la envuelve de pies a cabeza en una sabana negra y la coloca parada en una pared con un cartelito que dice: 

"cuando creí (erróneamente) que una fama podía enamorarse". 

 
  ¿Qué hace un cronopio encubierto cuando se enamora?

 Pierde un poco la cabeza, pero lo disimula. Lo anota en una libreta minuciosamente, luego olvida la libreta y lo anota en todas partes. No usa reloj, porque no lo entiende. Pero si usara y lo entendiera, olvidaría como usarlo. No corta margaritas pero se tienta. No compra rosas. Se las roba y las regala. No dibuja en tortugas, pinta al oleo y se llama así mismo: artista.

Un cronopio encubierto jamás se enamora de una fama. Los cronopios encubiertos solo se enamoran de cronopios. Los famas son tentaciones pasajeras.

Cuando a un cronopio encubierto le rompen el corazón, bebe whisky salado sentado en algún barcito donde nadie lo conozca. Fuma tabaco caro. Y decide que prefiere ser fama.



Y por último:
  ¿Qué hacen las esperanzas cuando se enamoran?

 Éstas representan las clases bajas de la sociedad, a la espera. Vale recordar que la esperanza es lo único que queda dentro de la caja cuando escapan de ella los males en el mito de Pandora. Pero lo que es un mal es la espera, su apatismo. Mientras los famas bailan Tregua Tregua los cronopios y los esperanzas bailan ESPERA, que es el baile de ellos, y se enojan mucho por las raras costumbres de los famas. Las esperanzas se enamoran, pero en secreto; no se sienten desdichados cuando les rompen el corazón, siguen esperando a su encuentro con el amor. Cuando se enamoran piensan que no es real y esperan a que termine. No hay mucho que decir de ellas; no caben muy bien en el mundo del cronopio.


CONSERVACIÓN DE LOS RECUERDOS
Julio Cortazar


Los famas para conservar sus recuerdos proceden a embalsamarlos en la siguiente forma: Luego de fijado el recuerdo con pelos y señales, lo envuelven de pies a cabeza en una sábana negra y lo colocan parado contra la pared de la sala, con otro cartelito que dice: «Excursión a Quilmes», o: «Frank Sinatra».

Los cronopios, en cambio, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y le dicen: «No vayas a lastimarte», y también: «Cuidado con los escalones.» Es por eso que las casas de los famas son ordenadas y silenciosas, mientras en las de los cronopios hay gran bulla y puertas que golpean. Los vecinos se quejan siempre de los cronopios, y los famas mueven la cabeza comprensivamente y van a ver si las etiquetas están todas en su sitio.






 




Mario Benedetti - Preguntas al azar.

 "Te lloré todo un río, ahora llórame un mar..."

se deslumbraron mis ruinas
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

Yo también tengo ruinas
y si acudo al pasado
ya no sé a quién o a quiénes
busco entre los escombros
son ruinas sin prestigio
sin guías y con musgo
inmensas y mezquinas
señas de lo que fui
columpios desnudeces
huellas crepusculares matutinas nocturnas
la luna las descubre
les dice lo que eran
columnas de tesón cúmulos de experiencia
pedernales de amor
catacumbas de miedo

yo también tengo ruinas
pero no deslumbradas
sino ciegas distantes
residuos de palabras
vestigios de rencores
esquirlas de castigos
reliquias de caricias
ruinas tan taciturnas
calimas de la pena
albergan sus fantasmas
como todas las ruinas
y como todas dejan
escuchar su lamento

yo también tengo ruinas
meses y años troceados
muñones de confianza
perdones en añicos
piedras en las que a veces
me reconozco entonces
amo la piel rugosa
de mis hermanas ruinas.



miércoles, 30 de julio de 2014

El Último Tren (Mahmud Darwish)


El último tren se ha parado en el último andén, y nadie

salva a las rosas. Ninguna paloma se posa en una mujer de palabras.

El tiempo se ha acabado. El poema no puede más que la espuma.

No creas a nuestros trenes, amor, no esperes a nadie en la muchedumbre.

El último tren se ha parado en el último andén, y nadie

puede retornar a los narcisos rezagados en los espejos de la penumbra.

¿Dónde dejaré mi última descripción del cuerpo que en mí habita?

Todo ha terminado. ¿Dónde está lo que ha terminado? ¿Dónde vaciaré el país que en mí habita?

No creas a nuestros trenes, amor, las últimas palomas han volado, han volado,

y el último tren se ha parado en el último andén... y no hay nadie.



 

sábado, 26 de julio de 2014

Llénate de Mí. (Pablo Neruda)

Llénate de mí.
Ansíame, agótame, viérteme, sacrifícame.
Pídeme. Recógeme, contiéneme, ocúltame.
Quiero ser de alguien, quiero ser tuyo, es tu hora,
soy el que pasó saltando sobre las cosas,
el fugante, el doliente.


Pero siento tu hora

la hora de que mi vida gotee sobre tu alma,
la hora de las ternuras que no derramé nunca,
la hora de los silencios que no tienen palabras,
tu hora, alba de sangre que me nutrió de angustias,
tu hora, medianoche que me fue solitaria.


Libértame de mí. Quiero salir de mi alma.
Yo soy esto que gime, esto que arde, esto que sufre.
Yo soy esto que ataca, esto que aúlla, esto que canta.
No, no quiero ser esto.
Ayúdame a romper estas puertas inmensas.
Con tus hombros de seda desentierra estas anclas.
Así crucificaron mi dolor una tarde.


Quiero no tener límites y alzarme hacia aquel astro.
Mi corazón no debe callar hoy o mañana.
Debe participar de lo que toca,
debe ser de metales, de raíces, de alas.
No puedo ser la piedra que se alza y que no vuelve,
no puedo ser la sombra que se deshace y pasa.


No, no puede ser, no puede ser, no puede ser.
Entonces gritaría, lloraría, gemiría.


No puede ser, no puede ser.
¿Quién iba a romper esta vibración de mis alas?
¿Quién iba a exterminarme? Qué designio, qué? palabra?
No puede ser, no puede ser, no puede ser.
Libértame de mí. Quiero salir de mi alma.


Porque tú eres mi ruta. Te forjé en lucha viva.
De mi pelea oscura contra mí mismo, fuiste.
Tienes de mí ese sello de avidéz no saciada.
Desde que yo los miro tus ojos son más tristes.
Vamos juntos. Rompamos este camino juntos.
Ser? la ruta tuya. Pasa. Déjame irme.
Ansíame, agótame, viérteme, sacrificarme.
Haz tambalear los cercos de mis últimos límites.


Y que yo pueda, al fin, correr en fuga loca,
inundando las tierras como un río terrible,
desatando estos nudos, ah Dios mío, estos nudos

destrozando,
quemando,
arrasando
como una lava loca lo que existe,
correr fuera de mi mismo, perdidamente,
libre de mí, Curiosamente libre. 

 ¡Irme, Dios mío, irme!



jueves, 24 de julio de 2014

Léolo - A ti, la dama



Porque no amo
porque me asusta amar
ya no sueño.

A ti, la Dama, la audaz Melancolía 
que con gritos solitarios hiendes mis carnes
ofreciéndolas al tedio,
tú que atormentas mis noches
cuando no sé qué camino
de mi vida tomar.

Te he pagado cien veces la deuda
de las brasas del ensueño,
sólo me quedan las cenizas
de una sombra de la mentira
que tú misma me habías obligado a oír.

Y la blanca plenitud no era
como el viejo interludio
y sí una morena de finos tobillos
que me clavó la pena de un pecho punzante
en el que creí y que no me dejó
más que el remordimiento de haber
visto nacer la luz sobre mi soledad.

E iré a descansar con mi cabeza,
entre dos palabras, en el valle
de los avasallados. 


jueves, 5 de junio de 2014

Poema Doble del Lago Eden (Federico García Lorca)

Nuestro ganado pace, el viento espira 
                                          Garcilaso

Era mi voz antigua
ignorante de los densos jugos amargos.
La adivino lamiendo mis pies
bajo los frágiles helechos mojados.

¡Ay voz antigua de mi amor,
ay voz de mi verdad,
ay voz de mi abierto costado,
cuando todas las rosas manaban de mi lengua
y el césped no conocía la impasible dentadura del caballo!

Estás aquí bebiendo mi sangre,
bebiendo mi humor de niño pesado,
mientras mis ojos se quiebran en el viento
con el aluminio y las voces de los borrachos.

Déjame pasar la puerta
donde Eva come hormigas
y Adán fecunda peces deslumbrados.
Déjame pasar, hombrecillo de los cuernos,
al bosque de los desperezos
y los alegrísimos saltos.

Yo sé el uso más secreto
que tiene un viejo alfiler oxidado
y sé del horror de unos ojos despiertos
sobre la superficie concreta del plato.

Pero no quiero mundo ni sueño, voz divina,
quiero mi libertad, mi amor humano
en el rincón más oscuro de la brisa que nadie quiera.
¡Mi amor humano!

Esos perros marinos se persiguen
y el viento acecha troncos descuidados.
¡Oh voz antigua, quema con tu lengua
esta voz de hojalata y de talco!

Quiero llorar porque me da la gana
como lloran los niños del último banco,
porque yo no soy un hombre, ni un poeta, ni una hoja,
pero sí un pulso herido que sonda las cosas del otro lado.

Quiero llorar diciendo mi nombre,
rosa, niño y abeto a la orilla de este lago,
para decir mi verdad de hombre de sangre
matando en mí la burla y la sugestión del vocablo.

No, no, yo no pregunto, yo deseo,
voz mía libertada que me lames las manos.
En el laberinto de biombos es mi desnudo el que recibe
la luna de castigo y el reloj encenizado.

Así hablaba yo.
Así hablaba yo cuando Saturno detuvo los trenes
y la bruma y el Sueño y la Muerte me estaban buscando.
Me estaban buscando
allí donde mugen las vacas que tienen patitas de paje
y allí donde flota mi cuerpo entre los equilibrios contrarios.