domingo, 17 de junio de 2012

Rima V (Gustavo Adolfo Béquer)



Espíritu sin nombre,
indefinible esencia,
yo vivo con la vida
sin formas de la idea.

Yo nado en el vacío,
del sol tiemblo en la hoguera,
palpito entre las sombras
y floto con las nieblas.

Yo soy el fleco de oro
cae la lejana estrella;
yo soy de la alta luna
la luz tibia y serena.

Yo soy la ardiente nube
que en el ocaso ondea;
yo soy del astro errante
la luminosa estela.

Yo soy nieve en las cumbres,
soy fuego en las arenas,
azul onda en los mares
y espuma en las riberas.

En el laúd soy nota,
perfume en la violeta,
fugaz llama en las tumbas
y en las ruinas hiedra.

Yo atrueno en el torrente,
y silbo en la centella,
y ciego en el relámpago,
y rujo en la tormenta.

Yo río en los alcores,
susurro en la alta yerba,
suspiro en la onda pura,
y lloro en la hoja seca.

Yo ondulo con los átomos
del humo que se eleva
y al cielo lento sube
en espiral inmensa.

Yo, en los dorados hilos
que los insectos cuelgan,
me mezco entre los árboles
en la ardorosa siesta.

Yo corro tras las ninfas
que en la corriente fresca
del cristalino arroyo
desnudas juguetean.

Yo, en bosques de corales
que alfombran blancas perlas,
persigo en el Océano
las náyades ligeras.

Yo, en las cavernas cóncavas,
do el sol nunca penetra,
mezclándome a los gnomos,
contemplo sus riquezas.

Yo busco de los siglos
las ya borradas huellas,
y sé de esos imperios
de que ni el nombre queda.

Yo sigo en raudo vértigo
los mundos que voltean,
y mi pupila abarca
la creación entera.

Yo sé de esas regiones
a do un rumor no llega,
y donde informes astros
de vida un soplo esperan.

Yo soy sobre el abismo
el puente que atraviesa;
yo soy la ignota escala
que el cielo une a la tierra.

Yo soy el invisible
anillo que sujeta
el mundo de la forma
al mundo de la idea.

Yo, en fin, soy ese espíritu,
desconocida esencia,
perfume misterioso,
de que es vaso el poeta.



viernes, 15 de junio de 2012

Ventilando Susurros (Hintza Peña)



Quizá sea una señal y no deba escribir una línea, todo se borró, hasta su recuerdo. 

Se cierran círculos y yo sigo bajo el vértigo de no entender. 

Sólo sé que ahora me importas tú.. y si te contara la historia del amor incondicional y de como se cierran y abren nubes en el cielo, huirías, cogerías tus zapatollas de espuma y surcarías océanos, o quizá, comprenderías algo y podrías ayudarme a salir de esta montaña de culpas, de angustias y aburrimiento por intentar recorrer los caminos que hacen felices a otros y por los que yo no pretendo pasear. 

Pintan rayas blancas en mi carretera justo cuando yo solo quería perderme entre los árboles del camino, y no, no soy veleta, es algo que vine a aprender y cuesta, y en la subasta se me adjudicó por batallón de lágrimas.

- Trescientas mil- oí decir.

- Perdí la cuenta, susurré.

Y la maldita mano cerró el puño y tocó diana.

- Adjudicado a la hechicerita por masoca.

Así es como me hice portadora de este amor del que tantas veces me oyes hablar y que yo ya no sé cómo sujetar. 

Lo intenté con pinzas, con ternura, comprensión, poniéndole plomos encima, que no se volara... no hay forma, se me avisó: - cuando el compás cierre la circunferencia, tú desaparecerás-

Hay muchos gigantes de cabello caduco y un solo titán de sentir perenne.. y llevar este lastre, duele, porque el corazón es débil ante el apego y hay cosas a las que cenicienta jamás se acostumbra- he perdido ya la cuenta de las veces que perdí el zapato, de los bailes, de... ahora solo uso zapatillas.

¿Te dije que hoy me importas tú?

Te dije.. ¿Te dije que cada noche eres el protagonista de estos mis sueños aún de vacaciones, aún brocha en mano, en un tiempo de cuando y el faraón perdió su tocado?

Ahora... tú, tú... y mi miedo a amarte más de lo que ya...






"El Conejo de Trapo" (Margery William)



-¿Qué quiere decir verdadero? -preguntó un día el Conejo-. ¿Significa tener ese zumbido en tu interior y una llave que sobresale?

-Verdadero no significa cómo estás hecho -dijo el Caballo Pellejo-. Es algo que te sucede. Si un niño te quiere durante mucho tiempo, y no te quiere sólo para jugar contigo, sino que te quiere de verdad, entonces te vuelves verdadero.

-Y ¿eso duele? -preguntó el Conejo-.

-A veces -respondió el Caballo Pellejo, ya que siempre decía la verdad-. Cuando eres verdadero no te importa que te hagan daño.

-¿Y sucede de golpe, como cuando te dan cuerda, o poco a poco?- preguntó-.

-No, no sucede de golpe -dijo el Caballo Pellejo-. Te vas convirtiendo en eso. Se tarda mucho tiempo. Por eso, a menudo no le sucede a los que se rompen fácilmente, a los que tienen los cantos muy afilados, o a los que necesitan muchos cuidados.

Generalmente, cuando llegas a ser verdadero, estás despeluchado, se te han despegado los ojos y tus articulaciones están sueltas y maltrechas. Pero todo esto no tiene importancia, porque cuando eres verdadero no puedes ser feo, excepto para los que no entienden nada...

Cuando eres verdadero no te puedes volver otra vez irreal.

Eso es para siempre...          

       



jueves, 14 de junio de 2012

Así Era "De Alegría, 1947" (José Hierro)



Canta, me dices. Y yo canto.
¿Cómo callar? Mi boca es tuya.
Rompo contento mis amarras,
dejo que el mundo se me funda.
Sueña, me dices. Y yo sueño.
¡Ojalá no soñara nunca!
No recordarte, no mirarte,
no nadar por aguas profundas,
no saltar los puentes del tiempo
hacia un pasado que me abruma,
no desgarrar ya más mi carne
por los zarzales, en tu busca.
Canta, me dices. Yo te canto
a ti, dormida, fresca y única,
con tus ciudades en racimos,
como palomas sucias,
como gaviotas perezosas
que hacen sus nidos en la lluvia,
con nuestros cuerpos que a ti vuelven
como a una madre verde y húmeda.
Eras de vientos y de otoños,
eras de agrio sabor a frutas,
eras de playas y de nieblas,
de mar reposando en la bruma,
de campos y albas ciudades,
con un gran corazón de música.