Mi alma nunca se resignó a su suerte,
porque, desde allí,
no podía conseguir nada
y yo quería intentar todo
(al menos, intentarlo...)
Perseguir un sueño
me oscureció las ojeras,
(pero no las intenciones).
Y del abismo de mis tacones,
tengo un recuerdo en la rodilla izquierda
(que no impide que avance firme).
Por el peso de mis inseguridades y miedos
trabajé mucho más que cualquiera,
y eso me ayudó a encontrar oportunidades en todas partes
(y a perder otras muchas por sentirme pequeña).
Me hicieron daño,
pero yo también lo hice alguna vez.
La primera persona a la que quise
no se despertó una mañana cuando tenía 30 años
(así que aprendí a no callar sentimientos).
Por la segunda, lloré los 365 días de un año
(y alguno más)
porque querer ser feliz me ponía muy triste.
La tercera, me marcó
su forma de quererme
(y odiarme al mismo tiempo).
Es que eres mujer...
Es que eres muy joven...
Es que eres muy mayor...
Es que eres muy sensible...
Es que tienes la mirada triste...
Es que se te ve venir...
Es que no sé que te pasa...
Es que no tienes experiencia...
Es que tienes demasiado experiencia...
Es que tu apariencia...
Es que tenías que haber hecho esto...
Es que tenías que haber hecho lo otro...
Es que se te nota el miedo...
Es que tienes alas...
Fui un blanco fácil
(demasiadas veces).
Criticar desde otros zapatos es sencillo,
ni siquiera hace falta talento para ello.
Todos estos gramos tiene mi alma...
2 comentarios:
Muchas gracias por compartir :))))
Abrazos mil,
Noemí Vico
A tí, por escribir estas cosas que llegan tan adentro... Gracias!!
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