La calle está sola y yo voy solo
y aunque mis pies están cubiertos, sus pasos suenan solos, descalzos:
ecos de mis huellas, latidos de mi corazón que caen y se libran de mi cuerpo.
y aunque mis pies están cubiertos, sus pasos suenan solos, descalzos:
ecos de mis huellas, latidos de mi corazón que caen y se libran de mi cuerpo.
Mis pasos van,
y yo voy
montado en ellos,
dejándolos atrás, en el ayer,
en el ahora,
en este eterno caminar del tiempo sin tiempo: laberinto sin entrada.
En esta calle sola,
¿dónde está la gente,
las ventanas abiertas de música,
el jardín de pasos en el que jugaban mis pasos?
Reconozco las grietas,
las palabra del aire, las esquinas;
Yo soñé con esta calle,
yo soñé con este día,
antes de pensar sé lo que voy a pensar
me miro las manos y reconozco el mapa que hay en ellas
… sé hacia donde voy y no quiero…
me miro las manos y reconozco el mapa que hay en ellas
… sé hacia donde voy y no quiero…
Mis pasos suenan como el segundero de un reloj.
Me gustaría ser un pescador
tumbado sobre el mar
lejos de tierra firme
y de sus amargos recuerdos
lanzando el sedal
con soledad y amor
excepto un cielo lleno de estrellas
con luz sobre mi cabeza
y tú en mis brazos.
en un tren enfurecido
chocando de cabeza contra el corazón de la tierra
como un cañón en la lluvia
con el golpeteo de las traviesas de la vía
y el calor del carbón
contando los pueblos que atravesamos
en una noche llena de emociones
con luz sobre mi cabeza
y tú en mis brazos.
pero algún día esas cadenas que me amarran se romperán
y en ese bello y precioso día
te tomare en mis brazos
conduciré el tren
y seré pescador
con luz sobre mi cabeza