Si ya me arrojaste de tu cuerpo
si ya me despojaste de cualquier esperanza
por tu piel
arrójame también de tu sueño
échame de tu noche
de tu sombra empecinada
en seguirme hasta mi espejo,
de tus manos buscándome entre las grietas
de esos muros que iban a protegerte,
échame de ese silencio que atrapa el eco
de mi ruego, despójame de ti
tálame, arruina mi ladera, desnúdame
de tu flor de octubre, de tu verano
sobre el lecho,
usúrpame tu imagen alumbradora, arranca
de mí
el suspiro que me entregó tu aliento
desposéeme de tu idea
despuéblame de tu amor, vacía mi casa
de tu nombre
arrójame
a la venturosa hoguera donde arde
el esqueleto de la gaviota
que viste posarse conmigo
en aquella playa.
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