¡Terrible destino el de los náufragos!
Desarbolado, escapa el día
hacia traslúcidos lugares,
y el embravecido mar, bajo la quilla
arroja, indiferencias, tedios,
estériles cuerpos sin luz
que les habite.
Allí son labio,
mano que arremete,
cráneo donde lo inerte
muestra sus pupilas. Inútil
aferrarse a los tenues brillos
de los últimos faros.
¡Terrible destino el de los náufragos!
Resbalar, siempre resbalando
en dirección opuesta
al corazón pleno.
Desarbolado, escapa el día
hacia traslúcidos lugares,
y el embravecido mar, bajo la quilla
arroja, indiferencias, tedios,
estériles cuerpos sin luz
que les habite.
Allí son labio,
mano que arremete,
cráneo donde lo inerte
muestra sus pupilas. Inútil
aferrarse a los tenues brillos
de los últimos faros.
¡Terrible destino el de los náufragos!
Resbalar, siempre resbalando
en dirección opuesta
al corazón pleno.
2 comentarios:
¡Qué intenso! Me gustan los tres últimos versos. Gracias por compartir el poema y descubrirme a un nuevo poeta.
Besotes!!!
Vengo del blog de meumundoempretobranco de y me ha encantado tu Rincón; por lo cual, si no te importa, me gustaría ser seguidor de tan bello Espacio, como es el Tuyo.
Un abrazo.
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